Qué delicia sentarse bajo el toldo de la cafetería a disfrutar de un mini-concierto de la Filarmónica de Gran Canaria interpretando las sinfonías 38 y 39 de Mozart, bajo la batuta de Santiago Serrate.
Enhorabuena a los organizadores y ojalá este tipo de iniciativas se repitiera más a menudo.
¡Gracias!
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